Cada vez damos más importancia a que nuestros hijos hagan deporte y todo tipo de actividades extra escolares. Tenemos claro que estas actividades forman parte del desarrollo físico e intelectual de nuestros hijos.
El problema aparece cuando empiezan a despuntar en alguna disciplina deportiva y comienzan a entrenar más en serio y a competir, entonces cometemos el error de convertirnos en técnicos, preparadores físicos, árbitros y dejamos de ser padres y le damos demasiada importancia al resultado. En la salida que hay del vestuario a la pista central de Wimbledon hay un fragmento de Rudyard Kipling que dice... si tropiezas con el triunfo, si llega tu derrota, a estos dos impostores trátales de igual forma.
Lo más importante cuando se practica deporte y se compite de pequeño es con que valores se hace, lucha, constancia, disciplina y sobre todo deportividad y compañerismo. Cuando el resultado se antepone a los valores crea un problema de ansiedad y estrés en los niños pues consideran que un mal resultado es perjudicial para su evolución y no es así, lo realmente importante es un buen aprendizaje y una buena formación para el futuro
Para terminar recordar a los padres que nuestros hijos cuando son pequeños con lo que más disfrutan es jugando y no debemos negarles ese placer. Hay una teoría muy antigua que dice que el gran deportista es el que , primero juega, luego compite y al final trabaja , no nos saltemos estos tres pasos por el bien de nuestros hijos.
Gonzalo López